lunes, 12 de octubre de 2015

"APLICACION EN CLINICA DE ANTIVIRALES"




Los antivirales son un tipo de fármaco usado para el tratamiento de infecciones producidas por virus. Tal como los antibióticos (específicos para bacteria), existen antivirales específicos para distintos tipos de virus. No sin excepciones, son relativamente inocuos para el huésped, por lo que su aplicación es relativamente segura. Deben distinguirse de los viricidas, que son compuestos químicos que destruyen las partículas virales presentes en el ambiente.
 
La aparición de los antivirales fue producto de la expansión en el conocimiento de la genética y estructura molecular de los organismos, y de los virus en particular. Los investigadores biomédicos llegaron a entender la estructura y funciones de los virus, lo cual, en conjunto con el avance en las técnicas de síntesis de nuevas drogas y la presión del cuerpo médico para disponer de más y mejores medios terapéuticos para combatir las infecciones virales que se hacen extraordinariamente severas en pacientes inmunocomprometidos, como los que padecen de sida, resultó en la elaboración de estos fármacos.
La medicina científica y práctica tiene una variedad de herramientas efectivas, desde antisépticos a anestésicos pasando por vacunas y antibióticos. Un campo en el que la medicina ha sido tradicionalmente débil, sin embargo, es en encontrar medicamentos para tratar infecciones virales. Por seguridad, vacunas altamente efectivas se han desarrollado para prevenir tales enfermedades, pero tradicionalmente, cuando alguien cae enfermo con un virus, había poco que hacer sino recomendar descanso y beber líquidos hasta que la enfermedad siguiera su curso.
Los primeros antivirales experimentales se desarrollaron en la década de los 60, la mayoría para atacar a los virus herpes (VHH), los cuales se consiguieron con la metodología "ensayo-error".











La idea general detrás del diseño de los antivirales modernos es identificar las proteínas virales, que pueden ser debilitadas. Estos "objetivos" deberían ser generalmente distintas proteínas o partes de proteínas en los humanos, para reducir la probabilidad de los efectos secundarios. Los objetivos deberían ser comunes para muchas variedades de un virus o incluso entre diferentes especies de virus en la misma familia, de tal manera que un único medicamento tendría una alta efectividad. Por ejemplo, un investigador puede tener como objetivo una enzima crítica sintetizada por un virus, pero no el paciente, que es una variedad común y se ve que puede interferir en su operación.
Una vez que se han identificado los objetivos, se pueden elegir los medicamentos candidatos, de los medicamentos ya conocidos que tengan efectos apropiados o designando el candidato a nivel molecular con la ayuda de un ordenador y un programa de diseño.
En ambos casos, los candidatos pueden ser sintetizados tapando el gen que sintetiza esa proteína en bacterias u otro tipo de células, Las bacterias o las células son cultivadas para la producción en masa de las proteínas, que pueden ser seleccionadas por tecnologías de "ocultación rápida" para ver qué candidatos son más efectivos.

****ACICLOVIR****

¿Para cuáles condiciones o enfermedades se prescribe este medicamento?

Aciclovir se usa para reducir el dolor y acelerar la curación de las heridas o ampollas en las personas que tienen varicela, herpes zóster (culebrilla; una erupción cutánea que puede producirse en las personas que han tenido varicela), y en aquellas que tienen por primera vez o que vuelven a tener brotes del herpes genital (una infección causada por el virus herpes que provoca heridas alrededor de los genitales y esporádicamente en el recto). El aciclovir también a veces se usa para prevenir los brotes del herpes genital en las personas que están infectadas por el virus. Pertenece a una clase de medicamentos antivíricos llamados análogos sintéticos de los nucleósidos. Funciona al detener la propagación del virus en el cuerpo. Este medicamento no cura el herpes genital y no puede prevenir su transmisión a otras personas.






¿Cómo se debe usar este medicamento?

Aciclovir viene envasado como tabletas, cápsulas o suspensión (líquido) para tomar por vía oral. Por lo general se toma con o sin alimentos 2 a 5 veces al día durante 5 a 10 días, comenzando lo antes posible después de haber notado los primeros síntomas. Cuando el aciclovir se usa para prevenir los brotes del herpes genital, por lo general se toma 2 a 5 veces al día durante un año (12 meses). Tome el aciclovir alrededor del mismo horario todos los días. Siga cuidadosamente las instrucciones en la etiqueta del medicamento y pregúntele a su doctor o farmacéutico cualquier cosa que no entienda. Use el medicamento exactamente como se indica. No use más ni menos que la dosis indicada ni tampoco más seguido, ni durante más tiempo que el prescrito por su doctor.
Agite bien el envase de la solución líquida antes de usarla para mezclar la fórmula apropiadamente.
Los síntomas deben mejorar durante el tratamiento con aciclovir. Llame a su doctor si sus síntomas no mejoran o si empeoran.
Tome el aciclovir hasta finalizar la prescripción, incluso aunque se sienta mejor. Si deja de tomar el aciclovir demasiado pronto o si se saltea las dosis, su infección podría no ser completamente tratada o hacerse más difícil de tratar.

¿Qué otro uso se le da a este medicamento?

Aciclovir también a veces se usa para tratar el eccema herpético (una infección de la piel causada por el virus herpes), para tratar y prevenir las infecciones herpéticas de la piel, los ojos, la nariz y boca en los pacientes con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y para tratar la leucoplasia pilosa oral (parche piloso o estriado de color blanco que aparece al lado de la lengua y en la parte interna de las mejillas.).
Este medicamento también puede ser prescrito para otros usos; pídale más información a su doctor o farmacéutico.

¿Cuáles son los efectos secundarios que podría provocar este medicamento?

El acyclovir puede provocar efectos secundarios. Dígale a su doctor si cualquiera de estos síntomas se vuelve severo o si no desaparece: 

  • malestar estomacal
  • vómitos
  • diarrea
  • mareos
  • cansancio
  • agitación
  • dolor, especialmente en las articulaciones
  • pérdida del cabello
  • cambios en la visión 


CONCLUSION


El número de fármacos antivirales ha aumentado en forma extraordinaria en los últimos 10 a 15 años como una reacción a la pandemia de la infección por VIH. Muchos antivirales por su mecanismo de acción interfieren en alguna de las fases de la infección y la replicación; otros, como interferones y citoquinas, incitan acciones inmunomoduladoras y antiproliferativas en la célula huésped. 

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